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Noviembre 2016

Hace diez años, el 21 de noviembre de 2006, la Revolución Mundial conoció un revés con la capitulación del Partido Comunista de Nepal (Maoísta), que abandonó la Guerra Popular para aceptar un «Acuerdo de Paz global» con el gobierno.

En el momento de la capitulación, la guerra popular en Nepal comenzó a ser mundialmente conocida. Controló hasta el 80 por ciento del país, después de diez años de lucha armada la revolución se presentó como propuesta estratégica para todas las masas. El Ejército Popular de Liberación, con una fuerza de 30.000 combatientes, fue de victoria en victoria.

El maoísmo, como ideología principal de la guerra popular, estaba en un proceso de difusión por todo el mundo, en el trasfondo los avances históricos hechos por el Partido Comunista del Perú, mientras que en la India hubo una firme reorganización que llevó a la fundación del Partido Comunista de la India (Maoísta).

La capitulación fue una terrible traición de esta situación en desarrollo. Profundamente influenciado por las tendencias eclécticas de la corriente maoísta llamada Movimiento Revolucionario Internacionalista, el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) cayó en una línea pragmática maquiavélica.

Esto se intensificó en gran medida con el estilo de vida decadente de sus dirigentes, corrompido por el estilo de vida imperialista, que trajo un espíritu de aceptación de «mejora» social y democrática del imperialismo, considerada un sistema global unificado.

La idea de una victoria en general fue abandonada, ya que se pensaba que la India y China, así como los Estados Unidos, bloquearían cualquier desarrollo posterior. Se consideró que no podría ser tomada la ciudad de Katmandú; el ejército, a diferencia de la policía, parecía supuestamente indestructible.

Por lo tanto, el Partido Comunista de Nepal (maoísta) se precipitó en la posibilidad de una alianza con los partidos políticos parlamentarios que, en la situación de crisis de la Monarquía tomó el control del país, aceptaron formar una República, a cambio de finalizar la guerra popular.

Era sólo un nuevo desarrollo en la naturaleza semicolonial y semifeudal del país, pero el Partido Comunista de Nepal (Maoísta), con la esperanza de una rápida integración, se ha autointoxicado con la fantasmagórica «revuelta popular».

De hecho, el Partido Comunista de Nepal (maoísta) ya imaginaba que encontraba un nuevo método que combinaba la insurrección y la guerra popular.

Después de su capitulación, continuó sus innovaciones idealistas con la teoría revisionista de una Constitución multipartidista, donde todos los partidos políticos eran considerados anti feudales, porque se oponían a la monarquía, donde por consecuencia la destrucción del viejo Estado era visto como imposible e innecesaria, mientras la democratización general, con el partido comunista de Nepal (Maoista), siendo la mayor fuerza en el país, sería inevitable.

Este concepto de «democratización» no era nuevo: era una mera renovación de la tesis revisionista de Karl Kautsky y Maurice Thorez en los países imperialistas.

Más precisamente, es lo que profesaban todas las corrientes revisionistas en el Tercer Mundo durante los años 1960-1990, pretendiendo hacer frente con la burguesía nacional para reformar el país, cuando en realidad estaban tratando de construir una nueva burguesía burocrática al servicio del socialimperialismo soviético.

Hoy en día, como ya no existe el socialimperialismo soviético, tal tendencia sólo puede conducir a la subordinación de las fuerzas imperialistas o expansionista semicolonial. En Nepal, es fácil ver que Prachanda se ha convertido en un lacayo de la India.

Y, por supuesto, el Partido Comunista de Nepal (maoísta) se convirtió en una parte del sistema mundial de explotación y opresión, que fue respaldado firmemente en su capitulación.

Naturalmente, la victoria electoral del Partido Comunista de Nepal (maoísta) fue bien recibida, en el mundo, por todas las fuerzas revisionistas. Los llamados a apoyar la Revolución de Nepal crecieron cada vez más tan pronto como se firmó el acuerdo de paz. Incluso aparecieron grupos llamando a apoyar la Guerra Popular en Nepal, cuando ya había terminado.

Los revisionistas ganaron prestigio de esto y el Partido Comunista de Nepal (maoísta) se benefició de esto para seguir siendo considerado revolucionario.

Pero por desgracia esto no era todo. La gran mayoría de las fuerzas que defendían el maoísmo apoyaron este proceso.

En lugar de considerar que el acuerdo de paz fue el final del proceso de transformación del Partido Comunista de Nepal (maoísta) en un partido revisionista, se consideró que era sólo el comienzo de la misma.

Años después del acuerdo de paz, todavía se hablaba de una situación «complicada» y se explicaba que aún todo era posible, que una «línea roja» estaba creciendo, un nuevo partido en constitución, etc.

Diez años después del acuerdo de paz, podemos ver que esto era totalmente erróneo. No había nada como una «línea roja» en el Partido Comunista de Nepal (maoísta), que se volvió revisionista, debido a que la  línea negra en su totalidad ganó precisamente con el «Acuerdo de Paz global».

Una prueba de ello es el hecho de que todas las tendencias y movimientos secesionistas que abandonaron el Partido Comunista de Nepal (maoísta) todavía creían que era correcto llegar a tal acuerdo.

La «revuelta popular» era sólo un falso sueño que ocultaba la capitulación; Era un truco para ocupar los sectores radicales de las masas, alejarlos del socialismo científico. Los llamados para una «línea roja» en el Partido Comunista de Nepal (maoísta) formaron un impedimento para este entendimiento.

Las fuerzas que han pretendido «defender» los logros de la Revolución nepalesa, la posibilidad de su continuación, de hecho han ayudado a bloquear cualquier autocrítica en Nepal. Impidieron una visión materialista dialéctica de la historia de Nepal, de las condiciones de la lucha de clases.

Fue correcto denunciar lo que consistió históricamente en una capitulación. Prachanda no sólo era un oportunista, era un revisionista y la crítica sistemática del Partido Comunista de Nepal (maoísta) debería haberse hecho inmediatamente del «Acuerdo de Paz», para liberar, en Nepal, a las fuerzas que querían comprender la situación del  socialismo científico.

Esto también era muy importante para proteger el maoísmo. La situación en Nepal ayudó ampliamente a las corrientes revisionistas, en particular al Hoxismo, a mantener la acusación de que el maoísmo era una «lucha armada sin perspectiva», una tendencia pequeñoburguesa. El rechazo de estas calumnias sólo fue posible con una condena general maoísta de Prachanda y la posición del Partido Comunista de Nepal (maoísta) con el «Acuerdo de Paz».

Es por eso que decimos, a diez años de la capitulación nepalí, que es importante aprender de ella. Ayuda a comprender las enseñanzas maoístas sobre la cuestión del Estado, sobre la guerra popular, sobre el principio de la burguesía burocrática. Muestra la naturaleza de las fuerzas que pretenden hoy en día ser maoístas, cuando convergen con la línea revisionista del Partido Comunista de Nepal (maoísta).

Esto es particularmente el caso del Partido Comunista Maoísta de Italia y del Partido Comunista Revolucionario de Canadá. Ambos estaban en el corazón mismo del Movimiento Revolucionario Internacionalista y muy cerca del Partido Comunista de Nepal (Maoísta). Acompañaron el proceso de «Acuerdo de Paz»: es fácil ver sus posiciones en ese momento.

Es importante ver que hubo en diciembre de 2006 en Nepal, a la que asistieron numerosos partidos maoístas, un seminario internacional sobre “el imperialismo y la revolución proletaria en el siglo XXI”. Sin embargo, el Partido Comunista de Nepal (maoísta) ya había firmado el «Acuerdo de Paz» y desarrollado todas sus teorías sobre la «democracia multipartidista».

¿No era ya tiempo de denunciar la línea revisionista de Prachanda, la capitulación del Partido Comunista de Nepal (maoísta)? Diez años después, está claro que sí.

¡Aprender de la derrota en Nepal, que sólo es un recodo en el camino de la Revolución Mundial!

¡Defender el maoísmo contra el revisionismo, pero también contra la convivencia y la convergencia con el revisionismo!

¡Defender el principio del mar armado de masas! ¡Guerra popular hasta el comunismo!

Firmantes:

Organización de los trabajadores de Afganistán (marxista-leninista-maoísta, principalmente maoísta)

Centro Marxista Leninista Maoísta de Bélgica

Partido Comunista de Francia (marxista leninista maoísta)

Fuente de la traducción: http://lesmaterialistes.com/ooamlmpm-cmlmb-pcfmlm-dix-ans-apres-capitulation-nepal-defendre-maoisme